Vierte una cucharada de detergente suave en un recipiente, agrega dos tazas de agua y revuélvela.
2
Saca primero el polvo con un paño de algodón seco.
3
En seguida sumerge el extremo de un cepillo de dientes en el agua jabonosa; frota las partes sucias tratando de hacerlo más suavemente en la serigrafía.
4
Retira el jabón con un paño limpio de algodón humedecido con agua tibia.
5
Es muy importante que los dejes secar en la sombra porque de otra manera se pueden manchar con el sol.